Visita los 7 valles más bonitos del mundo

Conecta con la naturaleza sumergiéndote en los espectaculares paisajes de siete de los valles más bonitos del mundo.

Valle de Barun, Nepal

En la falda de la quinta montaña más alta del mundo, el Makalu en Nepal, se encuentra el valle de Barun, un lugar impregnado de misticismo, donde el musgo de color lima, las cascadas, los bosques de azaleas y las imponentes orquídeas conforman un paisaje que parece flotar entre las nubes. Habitado por miles de especies singulares, como el amenazado leopardo de las nieves, su extraordinaria biodiversidad y una incontestable belleza le han otorgado un importante lugar en el folklore budista, que lo considera un lugar de gran espiritualidad en el que nadie envejece. Además, si hubiera un cataclismo mundial, este valle sería uno de los siete únicos lugares de la Tierra en los que la vida podría continuar. Camina por estos parajes remotos siguiendo el curso del río Barun, conocido como Chukchuwa por los lugareños, que se convierte en un glaciar cuando llega el invierno. Puedes alojarte en el B&B Thamel, ubicado en Katmandú y con muy buenas valoraciones. La capital de Nepal es un buen punto de partida para visitar el valle de Barun.

Valle de Kalalau, Estados Unidos

Las archiconocidas playas de arena blanca y olas perfectas para surfear no son el único motivo por el que no puedes perderte Hawái. Este minúsculo archipiélago es también un paraíso natural ocupado por montañas majestuosas. El manto selvático cubre casi toda la superficie de Kauai, conocida como la “isla jardín”, y en ella se encuentra el fantástico valle de Kalalau, al que solo puedes acceder a pie, en kayak o helicóptero. Hacer a pie la travesía del Kalalau es probablemente la forma más gratificante de llegar al valle. Al emerger de la selva tropical, podrás admirar unos imponentes acantilados, cuyas ondulaciones cubiertas de flores llegan hasta la costa para fundirse con el intenso azul del océano. Hale Ho’o Maha es un bed and breakfast boutique, situado a pocos minutos de la travesía del Kalalau, que tiene suites con balcones colgados sobre la frondosa vegetación selvática.

Gran Valle del Rift, Kenia

Con una extensión que va desde Jordania, en Oriente Medio, hasta Mozambique, en el África meridional, el Gran Valle del Rift es una maravilla geológica de dimensiones colosales. Formado por varias fosas creadas por el movimiento de las placas tectónicas hace 30 millones de años, alcanza una longitud de casi 6.500 kilómetros. Su actividad volcánica también es el origen de los montes Kilimanjaro y Kenia, así como de manantiales termales y profundos lagos. Actualmente su consecuencia más destacable sería la separación gradual del Cuerno de África del resto del continente. La inmensidad de sus formaciones rocosas y las majestuosas llanuras alrededor te llenarán de sensaciones únicas, y la diversidad de sus fósiles, flora y fauna (que incluye varias especies que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta) resulta increíble. El valle se extiende de norte a sur por toda Kenia, y el Great Rift Valley Lodge te ofrece vistas panorámicas del lago Naivasha, ocupado por numerosas bandadas de flamencos, y el ondulante paisaje volcánico.

Valle de los Diez Picos, Canadá

El paisaje de este valle es tan impresionante, y sus colores tan vivos, que puede llegar a confundirse con un cuadro. El lago Moraine ocupa el fondo del valle, y en él se reflejan los diez picos que se alzan desde la orilla de sus aguas glaciares de color azul lechoso. Recorre el camino que rodea el lago, el Rockpile Trail, llamado así por las rocas grises que se amontonan en las orillas antes de que estas se conviertan en verdes laderas ocupadas por bosques de pinos. La vista desde la parte más alta del camino es conocida como la “vista de los veinte dólares”, porque estaba impresa en el reverso de los billetes de 20 dólares canadienses entre 1969 y 1979. Puedes alojarte en el fantástico Buffaloberry B&B, cerca de la ciudad de Banff.

Yosemite, Estados Unidos

Ninguna foto puede hacer justicia al valle de Yosemite. Sus acantilados de granito, forjados por la acción de los glaciares durante 30 millones de años, son el desafío definitivo para los amantes de la escalada, en especial el precipicio vertical de El Capitán, que se alza a una altura de casi mil metros sobre suelo. Sigue el curso del río Merced a lo largo de las praderas que conforman el fondo del valle, con las montañas de Sierra Nevada a lo lejos entre las gigantescas formaciones rocosas de Yosemite. También puedes ascender hasta Bridalveil o Yosemite Falls, las cataratas más altas de Estados Unidos, a través de pinedas y respirando aire puro, para disfrutar de una panorámica del parque nacional. Cuando el sol baja al final de un día claro, la luz dorada va abandonando la superficie de la roca, que adquiere una tonalidad azul hielo a medida que se sumerge en las sombras. El Red Tail Ranch es una preciosa granja ubicada a tan solo 20 minutos de la entrada de Yosemite.

Valle de Romsdal, Noruega

Este precioso valle noruego envuelve las montañas de los Alpes de Romsdal siguiendo, a lo largo de 60 kilómetros, el cauce del Rauma, un río lleno de salmones. En el valle no faltan opciones para quienes quieran escalar. Pueden enfrentarse al Trollveggen, la pared de roca vertical más alta de Europa, o a los 1.550 metros de altura del pico Romsdalshorn. Pero no todo es escalada en este valle. La cascada de Slettafossen, cuyas aguas rugen tras una caída de 40 metros en una profunda garganta, se puede cruzar por un puente. Otra visita imprescindible son las zonas del valle donde ha habido desprendimientos de rocas. Se pueden ver enormes peñascos que han caído desde las montañas en el río y los bosques. Justo a las afueras de Åndalsnes, la ciudad más cercana a Romsdal, el Grand Hotel Bellevue tiene buenas vistas sobre el fiordo de Romsdal.

Valle de Lauterbrunne, Suiza

El valle de Lauterbrunnen, que se asienta en los Alpes suizos, es cautivador. Tanto es así que, durante un paseo en su juventud, el escritor J. R. R. Tolkien encontró allí la inspiración para crear Rivendell, el reino de los elfos de El señor de los anillos. El valle, que se formó a partir de la retirada de tres glaciares, es un buen lugar para alojarse en un típico alojamiento alpino de madera. Además, te ofrece nada menos que 72 cascadas que caen sobre paredes verticales de piedra caliza. Sin mencionar las vistas de los picos nevados cercanos: el Eiger, el Monch y el Jungfrau. Mientras atraviesas los campos de flores silvestres que forman el fondo del valle, respirarás uno de los aires más frescos que puedas imaginar y oirás el sonido relajante del agua deslizándose sobre las rocas. Reserva en el Hotel-Restaurant Waldrand, un chalet de montaña con unas vistas preciosas del valle.