Escapadas históricas a una hora de París en coche

La ciudad de París enamora a quienes la visitan por su combinación de lugares emblemáticos, cocina sofisticada y atmósfera distinguida. Además, si dispones de un coche, tu viaje a la capital francesa puede complementarse con excursiones a palacios majestuosos, ciudades medievales y amplios espacios verdes en sus alrededores. Hemos seleccionado cinco de los mejores enclaves históricos que puedes encontrar a una hora en coche de París.

Versalles

Versalles se encuentra a unos 20 kilómetros hacia el oeste del centro de París. Solo se tarda 40 minutos en llegar en coche a su conocidísimo château, el Palacio de Versalles. La principal residencia del rey Luis XIV es uno de los lugares más visitados de Francia y está compuesta por la friolera de 2.300 habitaciones. La Galería de los Espejos, la más conocida de todas ellas, tiene 357 espejos y unos techos abovedados decorados con pinturas. Además, es el lugar en el que se firmó el Tratado de Versalles. Desde su ventanal central, se pueden ver los cuidados jardines de la finca, por donde puedes pasear tranquilamente entre esculturas y naranjos.

Reserva algo de tiempo para visitar la ciudad de Versalles y comprar productos gourmet en el mercado de Notre Dame. No te pierdas las preciosas cafeterías y tiendas de Carrés Saint-Louis y descubre todo acerca del histórico Juramento del Juego de Pelota en la Salle de Jeu de Paume. Le Louis Versailles Château se encuentra a menos de cinco minutos a pie del palacio.

Provins

La ciudad amurallada de Provins está a unos 90 kilómetros al sureste de París. Según el tráfico, puede llevarte poco más de una hora llegar al antiguo territorio del condado de Champaña, pero el viaje merece la pena porque allí te espera un encantador enclave medieval que es Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Admira las puertas y los muros de la fortificación de Provins, sube hasta el punto más alto de Le Tour César, una torre del siglo XII, desde donde podrás ver la población y sus verdes alrededores. Más tarde, también puedes recorrer los pasadizos subterráneos de la localidad y aprender todo sobre su flor más conocida, la rosa de Provins, en su aromático jardín de rosas. La ciudad celebra un festival medieval todos los meses de junio con recreaciones históricas y torneos. El Demeure des Vieux Bains te permitirá seguir disfrutando del encanto medieval.

Château Vaux-le-Vicomte

Sal de París por la A4 y dirígete al sur para llegar al Château Vaux-le-Vicomte, del siglo XVII, en una media hora. El ministro de Finanzas francés Nicolas Fouquet convirtió una pequeña construcción en esta fastuosa edificación, coronada por una espectacular cúpula y con unos extensos jardines. La belleza y el diseño de Vaux-le-Vicomte resultaron ser tan impresionantes que Luis XIV encargó la construcción del Palacio de Versalles al mismo equipo.
Este château todavía está decorado y amueblado como cuando Fouquet vivía allí. Los visitantes pueden sumergirse aún más en la historia alquilando un disfraz y paseando por el castillo vestidos como una princesa o un mosquetero real. Además, se puede contemplar una colección de carruajes antiguos, subir a la cúpula central para disfrutar de unas vistas panorámicas y descubrir todo acerca del hombre que creó sus imponentes jardines, Andre le Notre, en una exposición permanente. Para disfrutar de una experiencia mágica, visita el château un sábado al atardecer entre mayo y octubre, cuando sus jardines se iluminan con la luz de 2.000 velas. Más tarde, puedes dirigirte a La Maison d’Emilie para alojarte en un entorno encantador.

Fontainebleau

A media hora más en coche al sur del Château Vaux-le-Vicomte, está el Palacio de Fontainebleau, la majestuosa residencia de reyes y emperadores franceses durante ocho siglos. Puedes pasar todo un día en Fontainebleau para ver el castillo, disfrutar de una comida en esta exclusiva localidad y pasear por los bosques de los alrededores antes de hacer noche en Aigle Noire Hôtel.

El palacio cuenta con elementos de la arquitectura francesa que van de los siglos XII al XIX, entre los que destaca la famosa escalera con forma de herradura en la que Napoleón se despidió de su guardia antes de exiliarse. También alberga cuatro museos y otros objetos fascinantes como la pomposa cama de María Antonieta (en la que ella jamás durmió), el trono de Napoleón y un retrato de Josefina, su mujer, con el traje que lució en su coronación.

Domaine de Chantilly

A unos 50 minutos al norte de París en coche, está el château con la mayor colección de pinturas antiguas de Francia después del Louvre. El Domaine de Chantilly fue residencia del duque de Aumale, un coleccionista de cuadros, libros y objetos decorativos, y actualmente se mantiene exactamente igual que en el siglo XIX.
En el interior, puedes visitar el Museo Condé y pasear por una galería con 85 pinturas con sus típicos marcos dorados. Esta galería, que es fruto de la afición del duque al arte, tiene una sala circular en uno de sus extremos en la que se exponen obras maestras del Renacimiento francés. El Santuario es otro de sus platos fuertes, con obras de Rafael, Botticelli y Jean Fouquet. El château está dentro de uno de los bosques más extensos cerca de París y en sus inmediaciones también tienes el Gran Establo, donde se ofrecen espectáculos ecuestres, y unos jardines que engloban tres estilos diferentes: la obra maestra del estilo francés de Le Notre, un jardín de estilo anglochino y un jardín romántico inglés. Puedes alojarte entre las paredes cubiertas de hiedra del Manoir des Cavaliers.