6 ruinas prehispánicas de México que hay que ver

Por todo México se pueden encontrar ruinas prehispánicas que sirven de constante recordatorio de las ricas culturas que nos han precedido. Palacios mayas en mitad de claros en la jungla, templos aztecas en el corazón de una ciudad… Te presentamos 6 de los lugares más fascinantes del país.

Palenque, México

La ciudad-estado de Palenque se erigió y cayó en la selva, donde quedó enterrada durante casi mil años antes de su redescubrimiento en el siglo XVI. Un velo húmedo y pesado flota por entre los palacios y templos desmoronados en los que en su día mandaron los gobernantes mayas. Plántate allí al amanecer y contempla cómo sale el sol entre las ruinas envueltas en niebla con los aullidos de los monos de fondo. El Hotel la Aldea del Halach Huinic es muy práctico porque se encuentra cerca del lugar y, además, cuenta con una piscina al aire libre y habitaciones con aire acondicionado.

Tulum, México

La fortaleza costera de Tulum, en el Caribe, desempeñó un importante papel como puerto maya en el que se comerciaba con telas, obsidiana y jade. Hoy en día, las iguanas campan a sus anchas en los polvorientos caminos y soleados templos mientras, más abajo, las olas de color turquesa rompen contra el acantilado. No olvides llevar contigo una toalla para poder darte un chapuzón en la pequeña playa que hay junto a las ruinas. Cuando termines, la Villa Pescadores está a solo 5 minutos a pie, y sus cabañas con tejados de paja se encuentran en una zona de playa privada de arena blanca y suave.

Valladolid, México

En su apogeo, la antigua ciudad maya de Chichén Itzá tuvo alrededor de 30.000 habitantes. En la actualidad, 1,2 millones de personas visitan estas ruinas cada año. La pirámide de El Castillo, un imponente tributo de piedra caliza al dios Kukulkán (o “Serpiente emplumada”), se encuentra en el centro del complejo. En los equinoccios de primavera y otoño, la multitud acude a ver una ilusión de sombras que proyecta el sol: una serpiente que desciende por las escaleras de la pirámide. La ciudad vecina de Valladolid resulta muy práctica si se desea salir a explorar la antigua ciudad maya. Descansa en el Hotel Mesón del Marqués, una mansión del siglo XVII con jardín y terraza.

Ciudad de México, México

Esta megalópolis moderna se construyó sobre la capital azteca de Tenochtitlán tras las conquista. Su pasado prehispánico prácticamente había caído en el olvido hasta que, durante unas excavaciones en 1970, se descubrieron las ruinas del Templo Mayor junto a la plaza del Zócalo. El Hotel Histórico Central queda a pocas calles del Museo del Templo Mayor. Al norte de Ciudad de México, a un breve trayecto en coche, se encuentra Teotihuacán, que los aztecas bautizaron como “ciudad de dioses”. Todavía hoy se puede subir a lo más alto de las pirámides de la Luna y el Sol y pasear por la avenida que las une, la Calzada de los Muertos.

Mérida, México

La ciudad colonial de Mérida es la capital cultural de la región del Yucatán. En el Gran Museo del Mundo Maya, que se encuentra en el extremo norte de la ciudad, se puede ver una gran colección de arte, reliquias históricas y artesanías mayas. A una hora en coche al sur, se encuentra el yacimiento arqueológico de Uxmal, un enorme complejo de pirámides lisas y templos ornamentados, a muchos de los cuales todavía se puede subir. Tras pasar el día explorando las ruinas, los frescos patios y la piscina al aire libre del Hotel Caribe Mérida Yucatán te darán un respiro del calor.

Oaxaca, México

Monte Albán se encuentra en la cima de una colina y en su día fue la capital del imperio zapoteco. Esta antigua civilización dominó el Valle de Oaxaca y su ciudad fortificada estaba repleta de pirámides escalonadas, canchas de pelota y cientos de figuras talladas en piedra conocidas como “danzantes”. El yacimiento arqueológico de Mitla se encuentra en el árido fondo del valle y fue el centro espiritual de la región. Mientras exploras los templos bajos y los diseños geométricos, no olvides mirar hacia al cielo, quizás avistes alguna águila sobrevolando el lugar. Al volver a la ciudad, puedes dormir en la Quinta Real Oaxaca, un edificio reformado del siglo XV.