Las 5 islas más bonitas de Italia

La costa de Italia está rodeada de unas 350 islas que esconden una gran variedad de paisajes: desde volcanes cubiertos de pinos hasta aguas cristalinas.

Aquí te presentamos las cinco mejores, según las recomendaciones de los viajeros.*

Elba

Conocida por ser el lugar de exilio de Napoleón, Elba es una isla montañosa y verde, situada en frente de la costa de la Toscana. Aquí encontrarás aguas transparentes, playas resguardadas de arena blanca y fina, fragantes bosques de pinos y buganvillas que crecen por doquier. Para los más deportistas, la bicicleta de montaña, el senderismo y el buceo son opciones muy recurridas. Si por el contrario prefieres relajarte, puedes disfrutar de los increíbles atardeceres, deleitarte con la gastronomía local o pasear por el puerto de la capital, Portoferraio, una zona de la ciudad que también podrás admirar desde una suite en el B&B La terrazza sul mare.

Favignana

La carismática Favignana, con su forma de mariposa, es la isla italiana más grande del Egeo, y se encuentra a poca distancia en ferri de la costa oeste de Sicilia. Aquí, las aguas que bañan las calas tranquilas son de un azul tan intenso que parece irreal y su pequeño tamaño la convierte en una isla perfecta para recorrerla en bici. Cala Rossa es, probablemente, la ensenada más conocida, donde la piedra caliza erosionada convive con el arrecife de coral. ¿Y qué mejor que terminar el día con un buen plato de atún, una de las especialidades locales? Antes de la llegada del turismo, la pesca del atún era el modo de vida de los residentes de Favignana, por lo que no te puedes ir sin probar el cuscús preparado con este pescado. Si buscas donde alojarte, Le Ancore Luxury Apartments, a 3 minutos andando de la playa, destaca por las vistas al mar y la abundancia de limoneros.

Procida

La minúscula isla de Procida, en la bahía de Nápoles, es una maravilla que a menudo pasa desapercibida, aunque sus paisajes bañados por el sol fueron el escenario de películas como Il Postino y El Talento de Mr. Ripley. Aquí, el ritmo de vida se mueve al compás de los espressos matutinos (acompañados de la famosa “lingua”, un dulce relleno de crema con sabor a limón), los días de playa y los aperitivos vespertinos. Se puede ir andando a todas partes, desde el puerto de colores pastel, Marina Grande, hasta Terra Murata, el pueblecito medieval fortificado situado en la cima de la colina, que servía para divisar a los piratas y proteger la isla. Para apreciar la belleza de la isla en todo su esplendor, te recomendamos un paseo por sus zonas más rurales, repletas de limoneros, sus calles adoquinadas y adornadas con buganvilla y jazmín, y sus playas de arena negra volcánica. Para empezar bien el día, disfruta de un buen desayuno en tu patio privado con vistas al mar en La Casa di Titina.

Ischia

Conocida principalmente por sus aguas termales ricas en minerales y sus playas de arena suave y dorada, la isla volcánica de Ischia es un tesoro escondido en la bahía de Nápoles. Su paisaje de viñedos y curvas muy cerradas alcanza su máximo esplendor en torno al Monte Epomeo, de 789 metros de alto, un volcán inactivo ahora cubierto de pinos, situado en la costa septentrional. Desde su cima podrás disfrutar de unas vistas impresionantes y de un buen almuerzo en un restaurante excavado en la roca, La Grotta da Fiore. Puedes alquilar una barca en Forio, una ciudad costera del norte, y echar el ancla en lugares recónditos de la costa, antes de atracar en Ischia Porto o Ischia Ponte para degustar una sabrosa mariscada y terminar con un rucolino (un licor local hecho con rúcula). En la costa meridional, no te puedes perder el pueblo pesquero de Sant’Angelo, con sus casas blancas, calles peatonales, piazzas llenas de terrazas de restaurantes y la bonita playa de Chia di Rose, cerca del puerto deportivo. Alójate en una suite con balcón, vistas al mar y suelos de mosaico en el Hotel Casa Celestino.

Lipari

Las islas Eolias son un archipiélago volcánico tan bello como salvaje, situado en el mar Tirreno, al norte de Sicilia. Se las conoce por sus cráteres, baños de barro, calas tranquilas y atardeceres de colores intensos. La más grande, Lipari, es también la más animada y la que concentra la principal actividad industrial, con sus canteras de piedra pómez. Visita el castillo de Lipari, del siglo XV, que se erige en un saliente rocoso próximo al mar, sobre la parte antigua de la ciudad, donde las iglesias barrocas están repletas de frescos y obras renacentistas. No te pierdas el paseo por la costa que une las termas de San Calogero con Bagnosecco, desde donde disfrutarás de unas vistas excepcionales y del olor a romero, alcaparras e hibisco que flota en el aire. Alójate en el histórico Hotel Villa Meligunis, de tonos crema, con vistas al puerto y al castillo.

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